La cocina puede convertirse en el alma de la casa, tanto para peques como no tan peques, y aquí te dejamos algunas recetas para que la cuarentena sea un poco más ligera
Estos días en casa pueden convertirse en un auténtico tiovivo si no no andamos con ojo. Vaya, que a la primera y segunda vuelta hay muchas actividades que hacer en casa, pero cuando ya llevas veinte lo único que quieres es bajarte de ese trasto y que el suelo deje de moverse.
Digamos que es la fase “que se pare el mundo que me quiero bajar”. Pero no tiene por qué ser así. Con un poco de iniciativa, creatividad, hasta las actividades más nimias pueden llenar de variedad el paso de estos días.
Anteriormente te recomendamos algunas actividades y juegos para poner en marcha en casa para los más pequeños de la casa. Ahora vamos a trasladar toda esa energía, ¡a la cocina!
Las recetas que te vamos a sugerir aquí requiere pringarse mucho con las manos en la masa y evitar en la medida de lo posible cuchillos. Vamos, que te recomendamos que a cualquiera de estas recetas le añadas algo de fruta o verdura, ¡la ensalada es poder!, pero dejemos a los niños bien lejos de las cosas afiladas.
Bien, ¿todos listos? Antes que nada, ¡lávense bien las manos!
Pan de avena y miel
Algo suave, esponjoso y un poco dulce, ideal para abrir el apetito. Necesitarás:
- 1 taza de leche
- 2 1/2 taza de harina de trigo
- 1 1/3 taza de avena arrollada
- 1 cda de azúcar
- 1 sobre de levadura
- 1/3 taza de mantequilla
- 1/3 taza de miel
Disponemos de un bol grande en el que echamos el azúcar, seguido de la levadura y la leche.
En otro bol tamizamos dos tazas de harina, agregamos la harina y mezclamos todo bien.
Empezamos con lo divertido, ¡echamos la miel! ¿Y recuerdas la mezcla que separamos antes? Pues es hora de combinarlo todo.
Se agrega la mantequilla y es momento de pringarse porque toca amasar hasta que todo quede bien integrado. ¿Recuerdas la media taza de harina que dejamos separada antes? Pues es tu comodín. Si ves que la masa se te pega mucho, añádele esa harina.
Coloca la masa en un bol con aceite y déjalo reposar una hora al menos. Lo ideal es que esperes hasta que duplique su volumen.
Cubre la encimera con harina y coloca la masa sobre ella. Amasa durante un par de minutos. Luego, baña el interior del molde con mantequilla e inserta bien la masa dentro.
Deja que leude un rato, treinta minutos al menos. Luego pincela la superficie del pan con miel y dale una lluvia de copos de avena según gustos.
Solo queda dejarla cocinarse en el horno a temperatura media baja hasta que dore, ¡y ya está!
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Croquetas de zanahoria
Toca pasar al plato principal y sí, eso quiere decir Pringarse las manos Vol.2. Necesitarás:
- 1 cebolla
- 250gr de zanahoria
- 300ml de leche desnatada
- 50gr de harina integral
- Aceite de oliva
- 1 huevo
- Pan rallado
- Sal
Esta es la parte que le toca hacer a un adulto: rallar las verduras. Calienta un poco de aceite en una olla y agrega la cebolla rallada y la sal. Remueve durante cinco minutos.
Cuando veas que la cebolla se te ha pochado bien, agrega la zanahoria rallada. Espera a que se poche también. A continuación, añade la harina integral y mezcla durante unos minutos.
Luego, aparta del fuego y añade la leche fría. Remueve un rato hasta que se integre bien y regresala al fuego para darle el puntito final.
Lleva la masa a un bol y tápala. Deja que se enfríe en la nevera unas horas.
Y ahora vamos con la parte divertida que incluye a toda la familia, ¡envolver las croquetas!
Toca hacer bolitas con las croquetas y pasarlas por huevo y el pan rallado para dejarlas bien compactas. Si haces muchas puedes aprovechar para congelar.
De resto, solo te queda freírlas y, ¡qué aproveche!
Galletas con trocitos de chocolate
Y vamos con el último bocado y el más divertido de todos, ¡las galletas!
- 250gr de harina de trigo
- 85gr de mantequilla
- 150gr de azúcar
- 1 huevo
- 1 sobre de levadura
- 1 cda de esencia de vainilla
- 100gr de chocolate
Derretimos la mantequilla y la mezclamos con el azúcar, mantente ahí hasta que se forme una masa cremosa.
Agrega el huevo y la esencia de vainilla a la mezcla. Un consejito, la esencia de vainilla nunca sobra.
En un recipiente distinto, tamiza la harina y añade la levadura. Cuando todo esté bien integrado, añade la mezcla anterior.
Si la mezcla empieza a rebelársete, amásala con las manos. Sí, Pringarse las manos Vol.3 está en la sala. Añade los trocitos de chocolate y amasa todo hasta formar una enorme bola.
Ahora es el momento de dividirla en pelotas más pequeñas, achatarlas y colocarlas en el horno. Puede ser sobre un recipiente o sobre papel de horno directamente, pero en caso de usar un recipiente, recuerda untarlo con un poco de mantequilla antes.
Hornea las galletas hasta que estén doradas y una vez frías, ¡están listas para servir!
Súpertruco del día. Si en lugar de pequeñas bolitas, las haces de mayor tamaño, podrás usarlas como obleas para los helados favoritos de la casa, te aseguramos que combinan con todo. Así, las galletas se te transforman en un postre en toda regla.
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